Un año más (y ya van 70 seguidos) celebramos el tradicional concurso de pesca en homenaje a Nuestra Señora del Carmen, patrona de marineros y pescadores, que no deja de ser “nuestra” fiesta mayor. Por segunda vez lo celebramos en el APC del puerto de Barcelona, pero pese a celebrarse siempre en las mismas fechas (el domingo más cercano al día del Carmen, 16 de julio), las condiciones del tiempo son bastante distintas de las del año pasado, pero los peces no faltaron a la cita.

70 ediciones de una misma competición de pesca dan para un montón de historias y anécdotas, tantas que incluso se podría escribir un libro… y no precisamente corto.

Son muchos años que la Virgen del Carmen le “quitó el trabajo” a San Elmo como patrón de la gente de mar, básicamente pescadores y marineros y, nosotros, como miembros del colectivo de la gente de mar también le hacemos nuestro pequeño homenaje en forma de competición deportiva.

Han sido sido los diferentes escenarios donde se ha celebrado esta prueba, tanto en escenarios de playa, como de rocas y portuarios, pero ya son varias décadas que no hemos salido de diferentes puntos del Puerto de Barcelona para llevarla a cabo (Muelle adosado, Dique del este exterior, Dique del este interior, Muelle de Baleares, Muelle de Pescadores y ahora en el Área de Pesca Controlada de la Bocana Norte del puerto).

Como es bien conocido por los pescadores, tanto recreativos como deportivos, la presión sobre nuestro colectivo por muchos intereses, especialmente los turísticos, nos han ido arrinconando y arrinconando dejándonos cada vez menos espacios donde practicar nuestra actividad y, en el caso de los deportivos (quienes compiten), espacios donde celebrar competiciones. Esta falta de espacios donde poder forjar una buena cantera ha mermado el número de practicantes y, una prueba donde había pasado sin problemas los 100 participantes, en los últimos años ha ido viendo una reducción de participantes, pero se ha conseguido mantener e incluso superar a los participantes que teníamos hace unos 15 años, donde tuvimos las participaciones más bajas, pero picando piedra hemos podido ir mejorando.

También se ha ido evolucionando en las competiciones, adaptándonos a las nuevas normativas y apostando por la captura y suelta de los peces, manteniéndolos vivos en asas hasta la hora del pesaje y siendo liberados tras el recuento y pesaje.

El concurso del Carmen se ha caracterizado en la mayoría de sus ediciones por un tiempo canicular, con sol, más sol, calor, más calor… bueno, lo que toca normalmente en un mes de julio por nuestras latitudes. Como siempre, antes de las pruebas de pesca toca estar pendiente de las previsiones meteorológicas, durante toda la semana mirando diferentes aplicaciones, donde pese a tener sus diferencias, todas pronostican lluvia para el domingo y posibilidad de viento. Algunas aplicaciones dicen que va a llover a primera hora, otras a media mañana y algunas a última hora. ¿Quién acertará?

Para la ocasión se pidió autorización a la Autoridad Portuaria para poder acceder al recinto de pesca antes de la hora de apertura, para poder preparar la prueba (montar carpa, mesas, llevar el podio, trofeos, premios, etc.), de modo que cuando los deportistas lleguen ya esté todo montado y preparado.

El jueves antes de la prueba se hace el sorteo en nuestro local social, pero como sucede en las pruebas celebradas en el APC, para evitar que nadie pueda ir a entrenar en el lugar exacto donde le tocará pescar, los puntos de pesca no se hacen públicos hasta el día antes de las 19h.

Y llega el domingo.

05:30h – Se accede a la APC y se monta la carpa y compañía, pero a pesar de estar todavía oscuro, ya queda claro que las nubes pueden estar juguetonas y mejor dejarlo todo bien tapado por si acaso.

06:00h – Se abre el Área de Pesca Controlada y empiezan a llegar los deportistas con todos los utensilios para una jornada de competición de pesca. En la competición se puede pescar con una sola caña, eligiendo algunos la opción de pescar con boya y otros a fondal. Pero pese a poder pescar con una sola caña, en reserva se pueden tener tantas como cada uno crea oportuno, de modo que algunos van un poco cargados por si tienen que probar diferentes estrategias.

07:00h – Boocinazo y… ¡Cañas al agua!

Las primeras capturas no se hacen esperar, pero muchas de éstas no alcanzan la talla mínima de su especie (especialmente pequeños besugos, muy presentes en la zona en esta época del año), pero poco a poco van entrando distintas capturas de más de 20 especies diferentes, siendo las obladas las más comunes.

Empieza a llover un poco, pero el cielo se va oscureciendo y sobre las 9 de la mañana la lluvia se anima más y esta viene acompañada de rayos y truenos, por lo que por seguridad (hay que recordar que las cañas de fibra de carbono no sólo son grandes conductoras de electricidad, también atraen a los rayos) la prueba se pone en pausa y la mayoría de los deportistas se sitúan bajo la carpa para protegerse del agua y se aprovecha para ir comentando la jugada y desayunar.

Media hora más tarde parece que la tormenta eléctrica ya se ha alejado, por lo que se decide volver hacia los sitios de pesca y seguir con la competición.

¡Bocinazo y volvemos!

Ahora no llueve… pero el cielo se vuelve a oscurecer… y hala, vuelve a llover, ahora con ganas, pero sólo es agua, los rayos y truenos ya no están.

A las obladas se les suman las bogas como especie más común, pero depende la técnica empleada las especies van variando. Quienes pescan a cierta distancia y levantados del fondo disfrutan de las espectaculares luchas de las palometas y las obladas más grandes, quienes rascan el fondo se las tienen con los roncadores y algunas lisas doradas.

Las nubes van desapareciendo y sale el sol con ganas, secando lo que un rato antes se había remojado.

Al haberse hecho una pausa de 30 minutos, se alarga el tiempo equivalente a la prueba, manteniendo la duración en las 5 horas programadas.

13:00h – Bocinazo y… ¡cañas arriba!

Los encargados del pesaje van pasando punto por punto para realizar el recuento y pesaje, tras el cual van liberando las capturas.

Finalmente así acaba la jornada:

Todos los participantes se llevan sus obsequios y sobre todo una magnífica jornada de pesca, con más anécdotas e historias para sumar a las de las 69 ediciones anteriores de la prueba.

Queremos agradecer la ayuda de todos los que de una forma u otra han ayudado un año más a llevar a cabo esta prueba con tanta solera, especialmente al Puerto de Barcelona, ​​Marina Vela Barcelona, ​​Tubertini Ibérica, Pescamaresma, La Pesca Barcelona, a la junta de la Sociedad, a todos los socios que han participado un año más en el Concurso del Carmen y a Juanjo Jubany por hacernos de fotógrafo accidental. ¡¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!!

Y por ahora nos despedimos de las actividades colectivas hasta después del verano, aunque todavía nos quedan unos días para disfrutar del Área de Pesca Controlada hasta que no se cierre por la celebración de la Copa América de Vela y no se vuelva a abrir hasta que ésta acabe. Así que por ahora os deseamos unas buenas vacaciones y, si va a pescar: ¡Salud y buena pesca!